Guadalajara, campeón de Copa; ganó 0-1 al León

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normallHidalgo Sport. Medio Tiempo.- Al llegar a Guadalajara, como Director Técnico de Chivas, Matías Almeyda prometió que haría resurgir al “gigante dormido”, la promesa le llevó 50 días para cumplirla, pues esta noche en León cumplió con su palabra, y llevó al Rebaño a obtener su tercer título de Copa en su historia en el fútbol mexicano.
Chivas volvió a ser un gigante, ese mismo que hace nueve años fue a la infranqueable cancha de Toluca y ganó su último título de Liga, en diciembre de 2006, superando a los Diablos Rojos como visitante, devolviéndole la alegría a millones de rojiblancos.
De rodillas y las manos en alto, agradeciendo al Creador, fue la forma de festejar por parte de Almeyda. Ya cumplió con una parte de la promesa.
León se vio obligado a modificar muy temprano. Al minuto 4′ se lesionó Diego Novaretti y cuatro minutos después, Jonny Magallón entró al quite.
Los primeros minutos, León asumió el control del encuentro y arrancó mejor. Al 10′, León tocó la puerta por primera vez. Luis Montes habilitó a Mauro Boselli, quien tiró al arco apenas desviado.
Chivas le arrebató las riendas a los locales. Tomaron la pelota y los volantes replegaron al León con sendos disparos de Michael Pérez y Carlos Fierro, que pasaron cerca del arco de Yarbrough.
Al 44′, el árbitro Jorge Isaac Rojas se equivocó al no mostrar la tarjeta roja directa al arquero Rodolfo Cota, quien salió a cortar con las manos un contragolpe hasta el primer cuarto de cancha. El nazareno sólo amonestó, a pesar de las protestas.
Para la segunda parte, el encuentro mantuvo la dinámica de ida y vuelta, con errores defensivos de unos y los rivales desperdiciando ocasiones clave, que pudieron escribir la historia de una manera distinta.
Al 70′, cayó el gol de la ventaja de Chivas. Uno de los puntos más débiles del Rebaño en todo el año, fue la fortaleza que los empujó al frente: una pelota detenida. Raúl López cobró una falta a segundo poste, desde la izquierda. El remate letal del michoacano Oswaldo Alanís mandó el balón a las redes.
El estadio verde se inundó con el grito de “Chivas, Chivas”, con la ventaja.
En los minutos finales, León puso drama al encuentro, con un tiro al poste y un remate apenas desviado: la historia estas escrita, Chivas estaba destinado a ser Campeón.
La gloria volvió a Chivas, esa que se olvidó de ellos sólo por un tiempo, porque no hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante.

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