Hidalgo Sport. Agencias.- El recuerdo aún estremece las entrañas de Cataluña: la noche del 8 de marzo de 2017 se escribió una historia fantástica, de las más memorables en los anales del Barcelona. Remontar un marcador de tal magnitud en una Champions League no es cosa de todos los días.
Pero esa alteración en sus emociones puede dañar a los culés. En un afán de prolongar su embriaguez, se propiciaron un escenario similar para los Cuartos de Final pero con la diferencia de que el rival en turno luce infinitamente más poderoso que el anterior: la Juventus de Turín.
Con un 3-0 en la bolsa, y un sinfín de laureles nacionales e internacionales soportándole, la ‘Vecchia Signora’ quiere jugar el rol de verdugo del Barcelona para así instalarse en la ronda de las Semfinales de la presente Liga de Campeones. Honestamente, si hay un rival capacitado para poner un freno a los idilios catalanes, esa es la Juve.
Si bien el Barça ya demostró su síndrome bipolar en la presente temporada, y más específico en los Octavos de Final ante PSG, es imposible olvidar lo que aconteció en el cotejo de ida entre italianos y españoles en Turín.
Efectividad fue el nombre del juego que jugó la Juventus. Con solo el 34 por ciento de la posesión del balón fue capaz de disparar a puerta en 14 ocasiones, una menos que el Barcelona que tuvo la bola casi el doble de tiempo, y en 3 de ellas sacudir las redes con violencia.
De igual forma, los pases demostraron que con mucho menos de los que efectuaron los catalanes, los ‘Bianconeri’ encontraron resquicios en la defensa de su rival y supieron explotarlos para llegar a la meta de Ter Stegen. El 91 por ciento de efectividad en la circulación de la pelota, traducido en 560 pases acertados, no le facultaron a los blaugranas para llevarse un solo gol.
Allegri concibió como anular a Neymar con el emparejamiento, la marca y sensación de peligro, de su compatriota, y ex culé, Dani Alves; determinó ordenar una siempre ganadora superioridad numérica por las bandas, forjada entre sus laterales y volantes extremos, tanto en defensa como en ataque; y tuvo el tino de acomodar a Dybala como media punta para devorarse a un feroz pero ya desgastado Javier Mascherano , que suplió a un Sergio Busquets en mejor forma, pero también sin el físico para frenar al dorsal 21 de los de Turín.
Luis Enrique se juega su última carta para dejar al Barcelona con una última sonrisa. Con la Liga cada vez más complicada y una Copa del Rey que sabe a poco, y aún en el aire, solo una nueva proeza en Champions le haría llegar con sutileza al final de su etapa en el banco catalán.
Una de las opciones es regresar a Lionel Messi al centro del campo, puesto que en Italia lo aisló, literalmente, en la banda derecha, en donde le costó demasiado entrar en contacto con la pelota. Otra, quizá, es olvidar a André Gomes como opción para influir en el juego en detrimento de un Denis Suárez que ha entregado mejores cuentas cuando salta al campo; una última es confiarle la banda izquierda, o el marcaje en la misma, en su defecto, a un Jordi Alba de mejor recorrido y aporte con la pelota en vez del francés Mathieu.
La última carta de presentación de la Juventus es un cómodo triunfo de 2-0 en su visita al Pescara, lo que lo mantiene como líder irrefutable de la Serie A; mientras que la del Barcelona es un muy apretado triunfo en el Camp Nou ante la Real Sociedad del mexicano Carlos Vela.Anímicamente y por tendencia, una remontada de los culés sigue concibiéndose como un guión de fantasía, materia en la cual, afortunadamente para su causa, tienen ya experiencia.
